El problema de Alvedro no está a 300 km, está a 400 y 600 metros

Una de las virtudes de un mal gestor (y que a veces consigue pasar por buen político) es el arte de desviar el foco de atención cuando las cosas no le van bien. Usar excusas fáciles de entender por el gran público y repetirlas hasta que el mensaje cale en la población. Pero a veces la realidad no tiene nada que ver con lo que se nos cuenta. Es el caso de la gestión este último año del área de turismo de A Coruña, y muy concretamente sobre el aeropuerto de Alvedro, ya que el Consorcio, responsable de la promoción del aeropuerto ha quedado, además de descabezado, falto de medios para cometer su finalidad.

En los últimos meses las constantes caídas del pasaje de nuestro aeropuerto han acelerado la aparición de excusas por parte del ejecutivo local liderado por Inés Rey. En recientes entrevistas la alcaldesa ha vuelto a sacar de la chistera ese “mito” -desmontado recientemente hasta por el director saliente de Alvedro, Jesús Campo- de que Oporto “nos roba” pasajeros y debemos coordinarnos. Este argumento sólo se utiliza cuando las cosas van mal y hay que desviar el foco. Lo hemos visto hasta la saciedad llegando de otras ciudades más al sur. La realidad es que el problema no se encuentra a 300 km. de Alvedro: El gran problema de Alvedro se encuentra a 400 metros de María Pita, en el despacho del concejal de Turismo y a casi 600, en la sede ahora inoperante del Consorcio de Turismo de la calle Sol.

Sus gestiones han llevado al área de turismo a una vía muerta… y al final de esa vía parece estar el concejal Gonzalo Castro. Él prescindió del anterior gerente del Consorcio de Turismo, Moisés Jorge Naranjo, y eliminó las partidas ya asignadas a nuestro aeropuerto. Desde entonces, Alvedro no tiene plan, no ha habido gestión, se han ido perdiendo rutas y plazas y nada parece haber importado a su máximo responsable. En cualquier gobierno eficiente, capaz y responsable, esta deficitaria gestión lo haría caer.

Pese a todo el ruido generado, hay decisiones de carácter urgente que no se han tomado. Lo peor es que no hay ningún técnico en el equipo municipal que pueda asumir esta responsabilidad con verdadero conocimiento. En el actual ejecutivo abundan muchos políticos, pero pocos técnicos preparados para manejar temas complejos como el sistema aeroportuario.

Perdemos el tiempo hablando de Oporto y de coordinación aeroportuaria pero Alvedro sigue sin ser gestionado y mientras:

• El Concello descartó hace un año invertir en una base de Volotea que aseguraba 1.5M de asientos en los próximos tres ejercicios y que hubiera remediado dos de los grandes problemas del aeropuerto: Sevilla habría regresado a la parrilla y habríamos terminado de un plumazo con el monopolio en la desbordada ruta a Barcelona.
• Se ha cancelado la ruta a Bilbao por dejar expirar el convenio sin ningún interés por parte municipal de recuperarla.
• La ruta con Londres no se encuentra a la venta para la temporada de verano. Comienza en marzo y mientras, el resto de rutas de Vueling desde el aeropuerto londinense de Gatwick ya están a la venta.
• Volotea tampoco ha cargado la programación de la próxima temporada de verano en Alvedro (y sí en el resto de aeropuertos del entorno), por lo que las rutas con Málaga, Valencia y Menorca penden de un hilo.
• Acumulamos ya más de dos años sin ninguna novedad en la parrilla pese a las múltiples ofertas recibidas en el consistorio.
• Más del 82% de los pasajeros de Alvedro ya se han generado por tráfico no subvencionado, en líneas sin ninguna aportación municipal. Cuando Alvedro llegue al millón de viajeros, será por su potencial, por sus datos de ocupación y por todas las personas y empresas que han apostado por él, y no por el apoyo político.
• Sin un gestor técnico al frente de turismo vimos paralizar todas las comunicaciones con aerolíneas, lo que no hace albergar esperanzas positivas a futuro. Todos los convenios actuales con aerolíneas están en riesgo de no ser renovados. El impacto reputacional de la adminstración coruñesa podría marcar un antes y un después en el desarrollo de planes turísticos con operadoras. El establecimiento de rutas aeroporturarias requiere normalmente de un trabajo previo de más de dos años y exig una comunicación permanente y fluída con las empresas.

Por todo ello pedimos a la alcaldesa Inés Rey que tome decisiones, cartas en el asunto de una vez, y reactive esta área tan importante para la generación de riqueza de nuestra ciudad y todos los sectores relacionados directa e indirectamente y que ahora mismo está en vía muerta.